El Desplante de Eugenia Martínez de Irujo a su Hermano Cayetano. La relación entre los hermanos Eugenia Martínez de Irujo y Cayetano Martínez de Irujo ha sido objeto de controversia durante años. Los lazos familiares, una vez sólidos, ahora parecen fracturados, y un reciente encuentro público ha dejado en evidencia las profundas diferencias que los separan.
El 28 de febrero, en el marco de las celebraciones del Día de Andalucía, se llevó a cabo la entrega de los títulos de Hijo Predilecto y las Medallas de Andalucía 2024. Eugenia y Cayetano no faltaron a la ceremonia, pero su interacción fue todo menos cordial.
Cuando Eugenia se acercó a la entrada del recinto, su hermano Cayetano estaba al teléfono. En un gesto que no pasó desapercibido, él extendió la mano para saludarla, pero ella continuó su camino sin siquiera mirarlo. El desplante fue evidente, y la tensión entre los hermanos quedó al descubierto.
La relación entre los Martínez de Irujo ha estado marcada por desencuentros y declaraciones públicas. Cayetano, en más de una ocasión, ha expresado su descontento con la familia. Ha llegado a afirmar que ya no los considera como tal y que hubiera preferido tener otros hermanos1. Eugenia, por su parte, parece haber tomado una postura similar al rechazar el saludo de su hermano en público.
El empresario Narcís Rebollo, esposo de Eugenia, sí estrechó la mano de Cayetano, demostrando respeto y distanciándose de las tensiones familiares. Pero el gesto de Eugenia fue más que un simple desaire; fue un recordatorio de las profundas divisiones que los separan.
A pesar de este enfrentamiento, Cayetano mantiene una estrecha relación con su sobrina Cayetana. La joven, consciente de las diferencias entre su madre y su tío, espera que algún día puedan reconciliarse y volver a ser una familia unida1. Sin embargo, los desplantes públicos como el ocurrido recientemente parecen alejar esa posibilidad.
En resumen, el último encuentro público entre Eugenia Martínez de Irujo y su hermano Cayetano dejó claro que las heridas familiares siguen abiertas. Aunque los títulos nobiliarios y las medallas brillen en la ceremonia, la distancia entre los hermanos es más profunda que nunca.